La presión en las fronteras meridionales más sensibles de la Unión Europea ”“las terrestres de España con Marruecos y las marítimas con Italia en el canal de Sicilia"ha aumentado exponencialmente en los últimos meses y nada permite esperar que se vaya a atenuar en un futuro previsible. El problema se agrava por la escasa solidaridad de los demás socios de la UE con los guardianes nacionales de unas fronteras que deberían ser consideradas comunes a todos.
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Política Exterior