Tanto si los procesos políticos que han desencadenado las revueltas árabes generan libertad y desarrollo como si acaban produciendo frustración y caos, la posición geoestratégica de España se verá afectada a medio y largo plazo. La inesperada y arrolladora ola contra el autoritarismo iniciada en 2011 muy probablemente seguirá recorriendo el Magreb y Oriente Medio durante años, y no es de esperar que esa tendencia se vaya a revertir. Eso debería llevar a una redefinición de la política exterior española hacia la región. Muy probablemente España sea el país de la UE que más tenga que ganar, en términos relativos, si las transiciones árabes conducen a una mayor prosperidad, más estabilidad y más democracia. Es el momento de que la política mediterránea española esté guiada por un enfoque realista, práctico y más coherente que el empleado durante los últimos años.
Fuente:
Real Instituto Elcano
Autor:
Haizam Amirah Fernández. Investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe, Real Instituto Elcano, y profesor de Relaciones Internacionales en el Instituto de Empresa (IE)