La entrada de España y Portugal en la CEE en 1986 supuso un relanzamiento de las relaciones bilaterales. Asimismo, promovió el contacto entre colectividades territoriales a ambos lados de una frontera, la hispano-portuguesa, que había funcionado como una verdadera barrera en las últimas décadas. Integrados plenamente en Europa, y gracias a las políticas de cooperación auspiciadas en el seno del marco comunitario, la frontera pasa de ser un motivo de repulsión y cierre a otro de apertura y contacto (de barrera a puente). Así, se abren nuevas vías de comunicación entre actores ibéricos, como ha ocurrido en el contexto de la denominada Eurorregión Galicia-Norte de Portugal. En esta aportación, se repasará brevemente el fortalecimiento de las relaciones a nivel económico, político, social e institucional en dicho espacio.

Fuente:
Revista Geopolítica (s). Universidad Complutense de Madrid

Año:
2011

Autores:
Juan Manuel Trillo Santamaría (Universidad Carlos III de Madrid), Rubén Camilo Lois González (Universidad de Santiago de Compostela)

IR AL ARTÍCULO