En el Centro y Este de Europa los movimientos de fronteras han sido tan frecuentes en los dos últimos siglos que ningún país puede afirmar con rotundidad donde comienzan y acaban sus límites, lo que abre la puerta a todo tipo de interpretaciones revisionistas, muchas veces basadas más en mitos y leyendas que en hechos reales. Al finalizar la Guerra Fría en 1989, la consiguiente apertura política dio lugar a nuevas divisiones (de la URSS en quince estados, de Yugoslavia en siete), pocas veces pacíficas, al resurgimiento de antiguos litigios territoriales, que dos décadas después distan de haber sido resueltos.
Fuente:
Instituto de Estudios Estratégicos
Autor:
Francisco J. Ruiz González. Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos